Bogotá D. C., 3 de febrero de 2014 -Agencia de
Noticias UN-
La falta de diversidad textual es un factor que
genera bajos niveles de lectura en escuelas de comunidades indígenas,
afrodescendientes y lejanas de los cascos urbanos en Colombia.
Esa fue la percepción surgida de una investigación
que desde la Universidad Nacional se desarrolló a partir de los resultados de
las pruebas en comprensión de lectura del Laboratorio Latinoamericano de la Calidad
de la Educación (LLECE), en el marco del SERCE (Segundo Estudio Regional
Comparativo Explicativo de la Calidad de la Educación).
Ocho instituciones educativas de zonas afrodescendientes
e indígenas, seis de Colombia, una de Ecuador y otra en Guatemala, fueron los
escenarios de muestreo en el que se estableció que alrededor del 90% de los estudiantes
saben leer en el nivel literal y escasamente la mitad lo hacen en el nivel
inferencial.
Los textos que en la mayoría de estas escuelas se
encontraban eran solo guías con cuestionarios, algo que se demostró que era un
factor que incidía en el bajo nivel e interés al leer. Los libros de texto para
la educación primaria sirven para alfabetizar pero no para formar lectores
crítcos, solo posible a través de la diversidad textual (periódicos, revistas,
antologías, textos de divulgación científica…). Así lo afirma Fabio Jurado
Valencia, profesor del Departamento de Literatura e investigador del Instituto de
Investigación en Educación.
El investigador añade que para llegar a esa
conclusión era necesario diseñar una prueba de lectura basada en ítems
publicados en los informes del SERCE,
sobre 16 países de Latinoamérica que participaron. Se trataba de ir a
las escuelas seleccionadas en donde el SERCE había tomado las muestras y tratar
de determinar las causas de los bajos logros.
Centros educativos como la Institución Educativa
Rural Rafael Pombo de San José del Guaviare; la Institución Educativa
Presbítero Horacio Gómez Gallo, en la vereda El Progreso (Jamundí, Valle); el
Centro Educativo El Ramal, en el corregimiento de Uribe en El Tambo (Cauca); el
Centro Educativo Rural Andrés Bello, de Arauquita, y dos escuelas de Tumaco, entre
otras, fueron las escuelas tomadas en cuenta para la muestra.
Los estudiantes de las escuelas colombianas son de
quinto grado mientras que la de Ecuador y la de Guatemala son de sexto, pues la
educación primaria en estos dos páises es de seis grados. Los directores de las
escuelas colombianas no recibieron un informe sobre los resultados de las
pruebas del SERCE; en cambio las escuelas de Ecuador y Guatemala, recibieorn un
informe y además un taller sobre los enfoques de la prueba.
Más textos diversos
“Los niños no están muy interesados en leer a
partir de los textos guías, porque son publicaciones
unidireccionales que tienen un cierto halo de autoritarismo en la medida en la
que después de leer un poema o un cuento aparece un cuestionario para resolver”,
concluye Fabio Jurado.
En la mayoría de las escuelas no había nada para
leer más allá de los libros de texto o las cartillas de Escuela Nueva. Estos
materiales recalan en la lectura de frases descontextualizadas. Los alumnos
demostraron en la prueba de 22 ítems diseñada por el grupo de investigación
tener capacidad de hacer una lectura trascriptiva o identificar significados
literales.
Dice el profesor Jurado que los alumnos
intervenidos tienen dificultades para hacer deducciones o identificar
significados implícitos porque no hay la posibilidad de contrastar información
a partir de la diversidad textual.
A pesar de que hay instituciones como la de Ibarra
en el país vecino, o la Institución Educativa Andrés Bello, en Arauquita, que tienen
material diverso en géneros textuales y sus alumnos fueron los más
sobresalientes en niveles lectores, sigue habiendo problemas en el resto de
colegios, según los investigadores, por falta de textos auténticos para leer.
“Leyendo se aprende a leer, pero sin un
cuestionario al final. Las preguntas sobre los textos que se leen en las aulas
debe proponerlas el profesor para discutir entre todos las respuestas a tales
preguntas. Frente a la situación de la carencia de textos auténticos en las
escuelas rurales es necesario seleccionar los escritos literarios que están en
ellos y analizarlos sin darle mucha importancia a los cuestionarios y a las
preguntas estereotipadas, asegura Fabio Jurado.
Y afirma: “Solo se aprende a leer de manera inferencial o crítica en la medida en que el
lector tenga la oportunidad de leer periódicos, revistas, antologías, libros de
divulgación científica, tener acceso a la comunicación digital a través de
internet, estableciendo correlaciones entre los textos”.
Otro aspecto que influye en los bajos niveles de
lectura inferencial es la ausencia de proyecto pedagógico; a la escuela rural
de La Paz, en Arauquita, le fue mejor porque todos los docentes trabajan con
proyectos acordados entre sí, sobre ecología y medio ambiente, por ejemplo o
sobre emprenderismo agrícola.
La formación precaria de los docentes es otro
factor decisivo en las investigaciones sobre la lectura. “Un 70%,
aproximadamente, de los maestros rurales y de centros poblados han cursado sus
licenciaturas a distancia o semipresencial. Se ha observado que en esta
modalidad no hay una retroalimentación entre los alumnos –futuros docentes- y
los formadores universitarios”, asegura el profesor Jurado, y por eso los
mismos docentes tienen dificultades para leer de manera inferencial y crítica.
Los investigadores que participaron en este
proyecto coinciden en que es prioritario fortalecer la formación continua de
los docentes pero investigando con ellos y no simplemente dictando
conferencias; muchos docentes innovadores pueden aprotar a otros maestros
exponeindo sus experiencias innovadoras.
“Se requiere apoyo e inversión local ante todo”,
concluye Fabio Jurado.
(Fin/DSGM/)
N.º
Palabras clave: Lectura literal e inferencial, textos
guía, cuestionarios, textos auténticos, formación docente.
Pies de foto: 1 a 4 Fabio
Jurado Valencia
5 y 6 Felipe Castaño
1. Niños de quinto de primaria en Colombia y sexto
en Ecuador y Guatemala, de la población intervenida para verificar sus niveles
de cultura.
2. Estudiantes del sector Chorrera Curay, en
Tumaco.
3. En la vereda La Paz, en Arauquita, existe una
biblioteca con importante material para niños.
4. Estudiante de Jamundí con la prueba diseñada por
los investigadores.
5. Aula de clases de Ibarra, Ecuador. Uno de los
lugares con Mayor desempeño en lectura.
6. Este libro de poemas hace parte del material que
los investigadores dieron a conocer como textos auténticos, es decir, sin la
necesidad de cuestionarios.
7. Fabio Jurado Valencia, docente de Literatura de
la UN.